A veces, parece que deambulamos por este mundo, en un duro largo viaje hacia ninguna parte. Amanece, anochece, otro día que pasa, y ya van más de 13000 días vividos; traducido a horas son nada más y nada menos que más de 300000 horas, en minutos la cifra es más llamativa, mas de 20 millones de minutos vividos.
A veces pienso en que ha gastado ese tiempo de vida regalado, que cosas ha hecho que realmente hayan merecido la pena. De toda la experiencia vital, al final nos quedan pequeños momentos, y mantenemos unos cuantos recuerdos.
No sabemos cuando nos llegará ese segundo fatídico, ese segundo en el que el alma se separa del cuerpo, ojalá pudiéramos conocer el futuro, aunque pensándolo de mejor, creo que es preferible no saberlo. De esta manera es más fácil pensar que mañana puede ser nuestro último día, hora o minuto, y aflora un sentimiento automático de intentar aprovechar cada segundo de vida.
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© Miguel Ángel Santos Hidalgo
Lugar: Las Palmas de Gran Canarias
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Un saludo desenfocado, y ya es cuatro de Septiembre¡¡