A veces, parece que deambulamos por este mundo, en un duro largo viaje hacia ninguna parte. Amanece, anochece, otro día que pasa, y ya van más de 13000 días vividos; traducido a horas son nada más y nada menos que más de 300000 horas, en minutos la cifra es más llamativa, mas de 20 millones de minutos vividos.
A veces pienso en que ha gastado ese tiempo de vida regalado, que cosas ha hecho que realmente hayan merecido la pena. De toda la experiencia vital, al final nos quedan pequeños momentos, y mantenemos unos cuantos recuerdos.
No sabemos cuando nos llegará ese segundo fatídico, ese segundo en el que el alma se separa del cuerpo, ojalá pudiéramos conocer el futuro, aunque pensándolo de mejor, creo que es preferible no saberlo. De esta manera es más fácil pensar que mañana puede ser nuestro último día, hora o minuto, y aflora un sentimiento automático de intentar aprovechar cada segundo de vida.
© Miguel Ángel Santos Hidalgo
Lugar: Las Palmas de Gran Canarias
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Un saludo desenfocado, y ya es cuatro de Septiembre¡¡
Estimado Miguel Ángel,
ResponderEliminarHasta el momento que sientes perdido, no es tal. Porque para saber que el momento es un momento perdido, has tenido que vivirlo y, sobre todo, tomar conciencia de su insignificancia.
Sólo el que conoce momentos por los que merece la pena disfrutar de esta aventura que es la vida, puede por comparación, saber los que no lo son.
Cuando emprendas el viaje, -cómo decía Kavafis-, pide que el camino sea largo, lleno de aventuras y experiencias.
Así espero que sea mi vida, te deseo lo mismo amigo.
Saludos ligeramente desenfocados
La verdad Miguel que a veces tengo la misma sensación pero a la vez me doy cuenta de que mi vida al final se basa en los pequeños gran detalles,que eso es lo importante.
ResponderEliminarDetalles que muchas veces no somos capaces de valorarlos.