Cada vez que miro esta
fotografía, mi cuerpo se tensa. Todavía recuerda el susto vivido en el
verano de 2012, cuando unas corrientes estuvieron a punto de acabar con
mi vida. No se puede ser un inconsciente, sobrepasar las bollas de color
rojo, ni siquiera sería recomendable estar cerca de las de color
naranja.
© Miguel Ángel Santos Hidalgo
Yo tuve suerte, cuando mi cuerpo se veía arrastrado hacia el abismo, la cabeza supo reaccionar y organizar la huida hacia tierra firme, pero la sensación de peligro de muerte todavía la tengo muy presente.
Un saludo desenfocado.
Me gusta mucho la foto,no hay nada como una imagen que dice más que mil palabras.
ResponderEliminarHay que respetar las normas!!!!!
¡¡Mola!!
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